Bianca es una chica de último año de instituto, con carácter y un tanto atípica para algunos compañeros pues ni le van las discotecas ni los chicos guapos, como su compañero Wesley, un cachas de instituto del que su único interés es acostarse con toda chica que se ponga a tiro.
Una noche, ambos coinciden en la barra del bar y el chico la llama Duff, apodo que utiliza para referirse a la menos agraciada de un grupo de amigas y es que las amigas de Bianca parecen topmodels, Jessica y Casey son estupendas pero en comparación con ellas Bianca no tiene nada que hacer, al menos es lo que opinan ambos.
Pero una noche, para olvidarse de sus problemas Bianca le besa y ambos caen en una espiral de verse a escondidas para continuar su relación sexual, y es que es solo eso, sexo para evadirse.
Ella empezará a distanciarse un poco de sus amigas que con tristeza no ven que le pasa mientras B. las evita a ellas solo para no hablar de sus problemas en casa, del divorcio iniciado en su casa y Wesley, quién no pregunta, solo la ayuda a no pensar y evadirse, pues él aunque parezca despreocupado también tiene conflictos familiares por resolver.
Juntos se curarán las heridas pero también se abrirán algunas nuevas, mientras sin querer Bianca cree que esto puede ir a más, y no puede ser, ella es una chica que no se enamora ni quiere caer en las redes de alguien como Wesley que la llama Duff a todas horas.
Una novela juvenil, quizás con la típica historia de chica "normal" con el pibón del instituto pero que va mucho más allá, pues trabaja las vidas personales de cada uno de una nueva forma, no tan superficial pese a que la protagonista busca una evasión tan básica como el sexo. Además, no solo conocemos a Bianca sino también a Wesley que resulta no ser tan machito ni tan popular como parece.
Una lectura rápida y que para pasar el rato y desconectar de otras novelas más complejas, no viene nada mal.
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