Este libro es uno de esos que llevas queriendo leer desde hace mucho pero al que nunca le ves el momento. Personalmente me atraía por toda la fama que tiene, opiniones buenas y malas.
Es considerado un libro infantil por la forma en la que está narrado pero desde mi punto de vista para nada es infantil, nos hace ver muchas cosas... podemos extrapolar mucho de lo que se nos cuenta a nuestra sociedad y a nuestras relaciones sociales.
En este libro, un piloto está perdido en el desierto del Sahara después de haber tenido una avería en su avión. Entonces aparece un niño que resulta ser un príncipe. En sus conversaciones con él, donde este pequeño príncipe le cuenta su vida, sus viajes... se nos revela la visión sobre la estupidez humana y la sencilla sabiduría de los niños que la mayoría de las personas pierden cuando crecen y se hacen adultos.
El principito tiene una bonita relación con una flor, una rosa.. que es muy bella porque es suya, esto lo relacionamos con el amor.
La historia del zorro con la amistad, los volcanes con las tareas cotidianas, aburridas pero necesarias, la caja puede ser la imaginación perdida. Entre los personajes que encontramos tenemos al vanidoso(egoísmo, vanidad), el borracho (vergüenza que debemos superar), el farolero (lealtad, persistencia) y el rey que representa la justicia y este último tiene una frase muy bonita, "Debemos aprender a juzgarnos a nosotros mismos para poder hacerlo con los demás..."
En definitiva, una lectura agradable, puede que un tanto extraña para un niño, a mi parecer no lo entenderían mucho. Es probable que cada persona que lo lea le saque una cosa nueva, lo relacione con algo distinto pero es bueno saber que puede tener diferentes interpretaciones.
Sólo con el corazón se puede ver bien. Lo esencial es invisible para los ojos.
